martes, 15 de diciembre de 2020

Quizás mañana

Apoyada en la mesada de la cocina bebiendo un café, tan negro como amargo, oliendo el aroma que desprende y sintiendo el vapor que choca contra mis mejillas.
Afuera garua, las gotas cayendo casi a cuentagotas. Esa lluvizna que es tan fina que es casi imperceptible, pero si te quedas demasiado tiempo debajo terminas por empaparte. 
Yo tan ida, enmismada en mis pensamientos. Sin embargo siendo consciente de todo el contexto. Pensando que lo que estoy viviendo y las sensaciones que estoy percibiendo podrían encajar perfectamente con la escena de alguna película tonta de amor, de esas con un final súper predecible.
Suena la puerta, por el sonido y forma de golpear ya podés imaginarte de quién se trata. Y los sentimientos empiezan a revolotear, tan contradictorios que empiezan a chocar entre si, peleando el puesto para ver cuál va a ganar esta vez.
Y por más de tener la certeza de que está vez no te vas a dejar flaquear, no sabes cómo frenar eso que te pasa, porque las fibras de tu cuerpo reaccionan por si solas y no hay cabeza o razón que lo pare.
Vuelven a golpear, volves a vos, y al reaccionar te das cuenta que no era a tu puerta a la que golpeaban. Escuchas como abren la puerta y voces a lo lejos, que se apagan tras volver a cerrar la puerta.
Me quedo inmóvil por un segundo más. Me despabilo, y me doy cuenta que el café ya se entibió, afuera ya oscureció, y lo que antes era llovizna ahora se volvió tormenta.
Me apuro a tomar los últimos sorbos de café, dejo la taza en la pileta y me voy a acostar para taparme hasta la cabeza (quizás mañana *pensas*)
Quizás mañana sea tu puerta a la que toquen.

jueves, 10 de diciembre de 2020

Palabras que no pude decir

 Y pensar que lo que tanto había deseado una vez lo tenía con vos, y estabamos ahí mirándonos a los ojos sin emitir palabra alguna. Recorriendo con mis dedos cada facción de tu rostro, queriendo creer que entendías todo eso que no te decía, lo que sentía que me brotaba del pecho y no sabía cómo expresartelo.

El mundo podía empezar y terminar ahí, estando los dos recostados en la cama.

Y no llegamos a nada, lo que nunca expresamos murió ahí. Palabras que no se pudieron decir. Sentimientos que cómo nacieron murieron.

Tan fugaz que no tuve tiempo ni a presumirte.

En un sueño me cruce con vos, y te deje ir. Porque se que nunca íbamos a poder volver a ser. Y deseé que encuentres alguien que sepa amarte bien, y te haga sentir, y llegue a expresarte todo lo que yo no pude, no me animé.

Deseó también poder encontrarnos en otro momento de nuestra vida, y poder verte feliz, viviendo tu vida.

Deseó poder haber logrado lo que fui a buscar a otra parte, lo que prioricé y por lo que lo nuestro no pudo continuar. Ojalá haya valido la pena.

Relaciones líquidas

 "Relaciones líquidas": Vínculos demasiado frágiles que creamos con las personas que nos relacionamos, nacen del miedo a aferrarnos y que ese vínculo termine por lastimarnos.

Y así vamos por la vida entablando relaciones banales, dando besos a cuentagotas. 

Intentando no sonreír más de la cuenta. No vaya a ser que con el próximo chiste me enamore.

Esquivando cada abrazo de más o retirando mi mano como un reflejo cada vez que intentas tomarla para entrelazar tus dedos con los míos.

Mostrandome por fuera fría, mientras por dentro me recorría un fuego que sentía que en cualquier momento iba empezar a arder.

Y de un día para el otro te alejas, porque ya no sabes cómo continuar, las dudas y tu autoestima te empiezan a jugar en contra, y antes de confundirte más preferís escapar.

Cómo le escapas a todo.

Ese es el problema de los tibios. No sé cómo mantenerme en el medio. O me dejaba consumir y terminaba por quemarme o me volvía fría pudiendo mi actitud volverse hiriente.

Cualquiera de las dos formas, ambas partes terminarían por resultar heridas. 

Por eso salte antes de tiempo, sin dar explicaciones, sin mirar atrás. Deseando que lo poco que nos unía se desvanezca. 

Como el vaso con agua que se te olvida en la mesa de luz y cuando te acordás no queda más que la marca del líquido que alguna vez estuvo ahí.