jueves, 19 de marzo de 2020

Cómo si nada, como si nunca.

Hasta acá llegué, ojalá esté no sea como uno de los tantos simulacros frustrados del pasado. Esta vez va en serio. Y créeme que no quiero. Que deseo que fuese distinto, y vinieses y me retrucases. Pero ya no tengo más esperanzas. Te dejo ir.
Te digo que: no quiero estar más con vos, me canse del boludeo. Ya pasó tanto tiempo. Yo ya no estoy para andar aguantando boludeces, ya no me siento cómoda con la situación. Y hace rato ya no me quedo en los lugares donde no me siento cómoda. Necesito tranquilidad y estabilidad, y vos no me la das. No te confundas, no te quiero apurar, ni te digo esto porque hayas estado mal. Todas las decisiones que tomo hoy por hoy son por mi, me tengo como prioridad. Antes de quedarme estancada y estar en algo que no me suma ni me resta prefiero estar sola, enfocarme solo en mi. Quizás eso es lo que me impide estar con otras personas y amar, el pensar tanto en mi y en mi bienestar. Podés llamarlo ego. Yo le llamo autocuidado, o amor propio. Pero no lo entenderías, no me conoces y quédate tranquilo, no sos el único, muchas de las personas que me rodean no me conocen bien. No saben los lugares oscuros por los que pase, ni las batallas internas que tuve que pelear. Siempre sola. Y si, es porque yo lo elegí. Nunca quise que me vean mal, nunca quise transmitirle a otras personas mi pesar, ni que vean mi vulnerabilidad. Pero eso es un tema aparte de todo esto, solo te lo cuento por si te interesa saber un poco más del por qué ya no puedo aguantar más.
Lamento nunca haberme sobrepuesto, y darte el poder de decidir a vos, de dejarte hacer y deshacer, de no plantearte mis puntos y que era lo que yo quería. Pero se me fue de las manos y nunca me supe expresar. 
Acá nadie gana ni pierde. Era sabido que algún día iba a concluir. Bha, en realidad alguna vez empezó? Pero lo que si se, es que es algo que quizás tenía que suceder. No nos deja nada, quizás solo algo por aprender, y un recuerdo en común, entre ambos. Ojalá lo dejemos atrás y cuando lo recordemos se nos dibuje una sonrisa por un micromomento, y sigamos con nuestra vida como si nada, como si nunca.

lunes, 16 de marzo de 2020

Personas como drogas

Sabes que no es tu lugar, y sin embargo insistis y te quedas ahí. Te querés aferrar de algo que no existe, que nunca va a ser posible. Te creas falsas esperanzas, falsas expectativas de algo que nunca tuvo comienzo y no sabes cómo ponerle fin. Sabes que tenés que ponerle fin.
Como la droga más fuerte, lo necesitas, cuando al fin lo tenés lo gozas y que bien se siente, se va y te deja conforme, pero después viene la resaca, la abstinencia y todo un bucle de quererlo de vuelta, extrañar sentirte bien mientras el está. La falsa creencia de que vos lo manejas, de que cuando quieras lo vas a dejar, que sos más fuerte, que no te va a ganar. Pero así son las drogas, no te das cuenta y ya estás sumergida hasta la nariz, te domina. 
Que triste que las personas sean como drogas, tan tóxicas. Que triste no poder salir de acá. Que triste recurrir a esa droga para no sentirte tan sola, tan miserable. Y al final de cuentas, cuando el efecto pasa te sentís peor. Pero tú cuerpo, tu mente, siguen pidiendo más.