“Ponemos barreras para protegernos de quienes creemos que somos. Luego un día quedamos atrapados tras las barreras y ya no podemos salir”.
martes, 15 de diciembre de 2020
Quizás mañana
jueves, 10 de diciembre de 2020
Palabras que no pude decir
Y pensar que lo que tanto había deseado una vez lo tenía con vos, y estabamos ahí mirándonos a los ojos sin emitir palabra alguna. Recorriendo con mis dedos cada facción de tu rostro, queriendo creer que entendías todo eso que no te decía, lo que sentía que me brotaba del pecho y no sabía cómo expresartelo.
El mundo podía empezar y terminar ahí, estando los dos recostados en la cama.
Y no llegamos a nada, lo que nunca expresamos murió ahí. Palabras que no se pudieron decir. Sentimientos que cómo nacieron murieron.
Tan fugaz que no tuve tiempo ni a presumirte.
En un sueño me cruce con vos, y te deje ir. Porque se que nunca íbamos a poder volver a ser. Y deseé que encuentres alguien que sepa amarte bien, y te haga sentir, y llegue a expresarte todo lo que yo no pude, no me animé.
Deseó también poder encontrarnos en otro momento de nuestra vida, y poder verte feliz, viviendo tu vida.
Deseó poder haber logrado lo que fui a buscar a otra parte, lo que prioricé y por lo que lo nuestro no pudo continuar. Ojalá haya valido la pena.
Relaciones líquidas
"Relaciones líquidas": Vínculos demasiado frágiles que creamos con las personas que nos relacionamos, nacen del miedo a aferrarnos y que ese vínculo termine por lastimarnos.
Y así vamos por la vida entablando relaciones banales, dando besos a cuentagotas.
Intentando no sonreír más de la cuenta. No vaya a ser que con el próximo chiste me enamore.
Esquivando cada abrazo de más o retirando mi mano como un reflejo cada vez que intentas tomarla para entrelazar tus dedos con los míos.
Mostrandome por fuera fría, mientras por dentro me recorría un fuego que sentía que en cualquier momento iba empezar a arder.
Y de un día para el otro te alejas, porque ya no sabes cómo continuar, las dudas y tu autoestima te empiezan a jugar en contra, y antes de confundirte más preferís escapar.
Cómo le escapas a todo.
Ese es el problema de los tibios. No sé cómo mantenerme en el medio. O me dejaba consumir y terminaba por quemarme o me volvía fría pudiendo mi actitud volverse hiriente.
Cualquiera de las dos formas, ambas partes terminarían por resultar heridas.
Por eso salte antes de tiempo, sin dar explicaciones, sin mirar atrás. Deseando que lo poco que nos unía se desvanezca.
Como el vaso con agua que se te olvida en la mesa de luz y cuando te acordás no queda más que la marca del líquido que alguna vez estuvo ahí.