Recuerdo estar riendo, rodeados de nuestros amigos, divirtiéndonos en la fiesta. De repente mis ojos se encuentran con los tuyos y se pierden por completo ahí, en un solo instante, no más que eso.
Todo a nuestro alrededor desapareció, parecíamos los únicos en ese momento, los únicos en el mundo.
Todo a nuestro alrededor desapareció, parecíamos los únicos en ese momento, los únicos en el mundo.
Sentí tu mano tocar por encima de mi muñeca, bajando hasta mi mano, envolviendo mis dedos entre los tuyos. No bastaron palabras, no bastaron gestos, solo sonrisas cómplices y seguirte hasta afuera.
Ya encontrándonos afuera no sabía como actuar, que decir, que hacer... pero no hizo falta, todo fue tan natural, tan despreocupado. Nuestras miradas sin despegarse, riendo, peleando como niños.
Hasta que no hubo mas que silencio, no ese silencio incomodo, feo. Ese silencio que le daba paso a otra cosa, otro momento, quizás muy esperado por ambos.
Nuestras miradas centradas fijamente en nuestros ojos, unos ojos que resplandecían de lo mucho que brillaban. Tu mirada bajo hacía mis labios, podía sentir mi corazón acelerarse, como queriendo salir de mi pecho. Cuando volviste tu mirada a mis ojos no pude resistirme de morder mis labios, eras tan lindo, era tan lindo este momento.
Sentí tu mano en mi mejilla -pude sentir como mi sangre se posaba en ella también, haciendo que me sonroje- y minutos después tus labios estaban junto a los míos, fundiéndose en un beso, un beso tierno, disfrutándonos. Al parecer ambos habíamos estado esperando este momento, y queríamos disfrutarlo.
Sentí despegar tus labios de los míos, antes dejando un pequeño beso sobre ellos, me miraste, esas miradas eran únicas, me llenaban, pero sin embargo sentía que quería más de tus labios, que todavía no me llenaba de ellos.
Mi mano reposaba sobre mi rodilla. Sentí como tu mano delicadamente la tocaba, y entrelazabas tus dedos en los míos Esto era tan raro. Había esperado mucho este momento, había imaginado miles de situaciones, pero la verdad que esta vez era distinto, era mejor. Sobrepasaba por todo a mis espectatíbas. Pero, ¿que hacía pensando en lo que había imaginado? esto era mejor. Solo tenía que limitarme a disfrutar, a sonreír, y juro fue lo único que supimos hacer desde ese momento en adelante...