domingo, 20 de junio de 2021

Vulnerabilidad

 Estoy empezando a hacerme cargo de mi parte en todo esto. De cómo evito sentimientos y me escapo de las situaciones.

No sé bien a qué se debe. Obviamente cargo con un montón de inseguridades y el sentirme insuficiente en un montón de aspectos. Quizás también a qué estoy muy acostumbrada a estar sola y a controlar y arreglar todo yo sola y el cederle eso a otra persona siento que sería un error, nunca me gustó el sentirme vulnerable, aunque en el fondo lo soy.

Al ser tan vulnerable siento que le doy todas las herramientas a la otra persona para saber cómo destruirme y como controlarme. Que loco, no? Cómo de una sola persona puede depender tu estado de ánimo.

Por eso estoy empezando a hacerme cargo. Que en realidad, la que no estaba disponible emocionalmente era yo. Poniendo un montón de barreras y tomando distancia pretendía poder controlar mis sentimientos y alejarme del posible sufrimiento. Siempre pensando a posterior. Dejando siempre al ego ganar, y que no me lo vayan a lastimar. Porque en realidad siempre fue eso, una guerra de egos, nunca hubo involucrados sentimientos.

Y al hacerme cargo de todas esas cosas, comprendí también que la gente solo hace cosas. Que depende de mi sí me afectan o no. No toda la gente puede estar pendiente de en qué momento de nuestras vidas nos encontramos, ni pueden hacerse cargo de las batallas que hayamos atravesado. 

Y aunque yo me hago responsable de mi parte en todo esto, no me hago cargo de la falta de responsabilidad afectiva y la falta de interés de las otras personas hacia mi. 


martes, 1 de junio de 2021

Nudito

 Algo que no duela, que de paz, tranquilidad. algo que sea reciproco, que acompañe, que no juzgue, que sepa apreciar y valorar. 

Alguien que te saque a bailar, con quien puedas contemplar un atardecer y compartir un mate, la vida. Alguien que te incite a ir por más, que te incentive, que te haga despegar, que te llene de energía y te quite todas las dudas. Alguien que sepa llenar vacíos, así sea en silencio, que sepa que más importante es la presencia, el saber estar, el saber ser para y con el otro.

Alguien que te agarre la mano bien fuerte y que no la suelte más. Que sepa que la distancia ni el tiempo son más fuertes que los vínculos.

Alguien que sepa expresar y comunicar, que sepa entender, que confié, que no se guarde lo que piense, lo que siente. Que te haga participe.

Alguien que entienda que acompañar no es invadir. Que en su libertad te elija y sepa diferenciar entre libertad y libertinaje.

Algo que sea sano, con responsabilidad afectiva, mutuo (y un montón de cosas más que parecen cliché o frases ya armadas, pero que en verdad tienen importancia).

Algo que te haga sentir seguro, contenido, que no te haga comer la cabeza ni te haga sentir insuficiente o que nunca alcanza; o al contrario, que sos la única que da y siempre da de más.

Que te abrace las inseguridades, te mire a los ojos, te charle de la vida, te de un beso de desayuno y se quede a compartir todo el día. Que te saque a pasear por una plaza y en el camino te regale flores y que sientas que no te falta nada, porque con tan poco se puede ser tan rico.

Antes creía que un buen amor era el que venía y alborotaba todo, te hacia replantearte todo y te daba una perspectiva nueva de la vida.

Hoy entiendo (y creo) que el amor es alguien que viene y sin hacer mucho ruido ni mover muchas cosas te da tranquilidad. Te complementa. Y se queda ahí, se hace nudito a un ladito tuyo.