Otra vez volví a ilusionarme, cuando dije desde un principio que no lo iba a hacer, no con vos. Pero ya lo estaba haciendo, sin siquiera darme cuenta, mucho antes de haber empezado algo.
Me aclaraste las cosas desde el principio, creí que estábamos en la misma página y que iba a poder jugar tu juego.
Me volví fría y distante con vos, desinteresada. Cuando yo nunca fui así. Y me empecé a sentir vacía de nuevo, que si jugaba ese juego me iba a terminar apagando de nuevo.
Ya había estado en esa situación, quizás en otro contexto, pero sentía que volvía a ser igual. Que vivía por vivir, que estaba apagando mis sentimientos para no sentir celos, para no reprocharte, para hacerme la que no me importaba. Todo adentro se iba poniendo oscuro, y todo eso que no quería sentir ya me estaba consumiendo. De nuevo empezar con malos pensamientos, con hacerme la cabeza con cosas que no se si habrán sido verdad o solo mi imaginación, pero tengo por seguro que vos seguías haciendo tu vida, y te importaba muy poco la mía.
Me enojaba a mi misma, el haber cambiado tantos aspectos de mi vida y por fin empezar a sentirme bien nuevamente, para que alguien que ni siquiera conozco me venga a arruinar todo eso. Yo te estaba dando lugar a eso. Sabía que no tenía que quedarme, que tenía que saber cuándo irme y cortar con eso.
Sin embargo que difícil se hace, el no saber cómo cortar algo que nunca empezó, el dejar de pensar en vos, en qué si algún momento algo cambie y me vengas a buscar por verdadero interés. Pero es obvio que nunca va a pasar.
Asique esto se termina acá para mí, prometí ya no quedarme en lugares donde no me hagan bien. El famoso "si duele, raja!". Y eso estoy haciendo...